Buenos Aires
Buenos Aires Entre calles vacías y desoladas acongojadas se ven las vidas que intrépidas se desvelaban mientras buscaban la salida. A dos cuadras del congreso haciendo tiempo me encontraba tecleando estos versos que en mi cabeza imaginaba. Dios atiende en Buenos Aires me dijeron pero no veo a Dios por ningún lado, sólo veo a gente durmiendo en el suelo y a transeúntes que intentan ignorarlos. La basura que se está desparramando invade de a poco la naturaleza y cada uno tiene una certeza que lo mantiene vivo en este espanto. Por ignorancia o por demencia los unos a los otros se han tratado con la más absurda violencia mientras piensan que se han respetado. Nadie espera en el semáforo y estoy segura que nadie tolera la impertinencia con la que los fósforos le dan fuego a una vida siniestra. En las llamas de las hogueras se han apagado todos los focos pero no ha muerto quien pelea por la luz que emanan esos pocos. Por eso es que he venido a anunciarle al mundo que está loco y ...