Primero fué nombrado el Mal

De cada respuesta que obtengo de tu cabeza surge una duda,

a veces profunda y otras veces destruye mis certezas.

Lo elemental que se repite con una fiereza absoluta

es la premisa difunta que le falta a la humanidad que está presa.

No vemos aquellos problemas a los cuales buscamos solución

porque no podemos ver la definición de lo que significa problema,

y tratamos de alcanzar una meta que no es la base del error,

por eso llegamos a ver el terror que implica la destrucción del planeta.

Por lo general la ciencia yerra al tratar de resolver el dolor

porque el dolor es la consecuencia de usar mal el lenguaje.

Si hoy vivimos padeciendo ultrajes, creanme no es por amor,

es porque pensamos que Dios o su opuesto son los responsables.

Hemos nombrado el mal sin saberlo y el bien surgió por contraste,

hemos llegado a este instante, pensando que nombrar es un don.

Ignorando profundamente la razón y el fin último del lenguaje,

que no es otro que solucionar el hambre, sudando menos en la ecuación.

Todo el lenguaje se sostenía en sustantivos y adjetivos en presente,

hasta que el mal de repente usó la palabra para su propio beneficio.

Eso fué lo que nos sacó de quicio y nos obligó a tratar de entender,

porque es que alguien puede hacer que lo bueno se vuelva maligno.

Si nadie hubiera mentido, definir la mentira no hubiera sido necesario

y el verbo se habría olvidado o directamente no hubiera existido.

El mal uso del lenguaje trae por silogismo la necesidad urgente

de revelar la intención existente, la cual no reside nunca en el presente.

Para entender esta contradicción fue necesario pensar en pasado y futuro

ese es el verdadero fruto prohibido que no llevó a acuñar la acción.

Y desde ahí en adelante es sabido lo que sucedío por consecuencia,

si hemos desarrollado la ciencia, fué solamente para entender a Dios.

LP DD