Pensamientos suicidas


La mente es un laberinto de una entrada y mil salidas

y a veces se me acaba la tinta que se convierte en vino tinto.

Y entonces salgo a un instinto que me ofrece una salida

pensando que en la muerte puede haber algo distinto.


Pienso que estos versos son los que escribiría un suicida

que renuncia a la vida buscando encontrar el universo.

Y por eso es que tecleo para convertir en poesía

aquello que mi mente ansía del modo más perverso.


Cuando el papel se convierte en el lienzo y mis dedos en el pincel

es cuando puedo ver que no están bien mis pensamientos.

Porque no se puede evadir el sufrimiento y sólo se sale a través de él

y por fuera del papel se desvanecen los intentos.


Siempre busco la salida que pueda devolverme a mi centro

y una vez que estoy adentro siento que vuelvo a estar perdida.

Mi cabeza se resigna a morir de abatimiento y se persigna,

cual consigna primigenia que busca rezar el Padre Nuestro.


No hay lamentos ni alegorías para lidiar con todo esto

y prometo seguir recitando contra lo que destruye la vida.

Aunque la mía esté perdida entre los muros de los versos,

no está muerto quien pelea y eso ya es una maravilla.


No quiero quedarme sin tus besos querida musa, amada mía.

No quiero abandonarte si mi tiempo aún no termina.

Quiero quedarme de éste lado del cristal en que te miras

para seguir cual Bukowski lanzando los dados con alevosía.


LP DD


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