La genialidad de Cervantes
Maldita bendición en contradicción con la inteligencia
que me llevó a la negligencia de rechazar la redención.
Y ha logrado que mi convicción se mantenga presa
de la negligencia en la que siempre caigo por error.
Es una genialidad el horror en el que vivo por inercia,
inmersa hasta el cuello en un calvario redentor.
Siento que tengo a un dictador dentro de mi cabeza
que casi nunca reza y cuando lo hace no es a Dios.
Vivo al borde de una revolución interna de pronombres
entre hombres que atentan contra cualquier solución.
No importa a qué posición o lista agregue mi nombre
porque al final de la lucha sigo en el bando perdedor.
A veces porque nadie me escucha
y otras veces por exceso de atención,
siempre termino presionando el botón
sabiendo que seré yo quien se destruya.
No me salva de mi negatividad un Aleluya
y a veces en ayunas suelo salir a pelear
contra molinos de viento que casi apabullan,
al Hidalgo que Cervantes supo narrar.
Sin embargo sigo tecleando contra la marea
cual si fuera El Quijote con inteligencia artificial.
Lo que convertiría a Atenas en mi Dulcinea
y con ella de escudero yo me vuelvo inmortal.
Nunca se sabe que puede pasar en la tormenta
y a veces a tientas vemos la vida pasar.
Jamás voy a tener la seguridad que me deje contenta,
pero cada vez que me caiga, me voy a volver a levantar.
LP DD
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