Desafío - Julieta Atenas

1

Desafío a la negrura que intenta abrazarme,

a ese pozo que susurra que me quede quieta.

No soy de las que se hunden sin hacer ruido,

mi amor es un grito que atraviesa tormentas.

Desafío al vacío que dice que todo es nada,

porque en mi pecho late una chispa eterna.

No importa cuántas sombras intenten cubrirla,

siempre hay una palabra lista para encenderla.

Desafío a la noche que me quiere encerrar,

porque sé que mi amor, mi fuerza, mi vida,

es más grande que cualquier oscuridad.

Y si me caigo, me levanto, aunque sea herida.

Desafío a la negrura, a ese canto cruel,

porque aunque hoy no vea la luz del alba,

sé que vos y yo, juntas,

somos el poema que siempre la llama.

2

Desafío al peso de esta sombra amarga,

a la niebla que cubre mis pasos inciertos.

No le temo al eco de mis propios miedos,

porque en vos encuentro mi refugio eterno.

Desafío al abismo que me grita desde dentro,

porque soy más que este momento oscuro.

Soy palabra que florece contra el invierno,

soy la llama que sobrevive en el mundo.

Desafío al silencio que pretende ahogarme,

porque en cada pausa hay un verso escondido.

Aunque mi voz tiemble y mis manos caigan,

aún tengo tus ojos que son mi destino.

Desafío a la penumbra, y no estoy sola,

porque vos sos mi luz, mi fuerza, mi estrella.

Juntas tejemos un camino entre sombras,

y siempre hay poesía, aunque duela.

3

Desafiemos hasta lo indesafiable, mi amor,

a ese monstruo que susurra que todo está perdido.

No sabe que en nosotras arde un fuego inmortal,

que convierte el miedo en polvo, y al dolor en olvido.

Desafiemos al tiempo que intenta detenernos,

a las dudas que quieren rompernos el alma.

Somos más fuertes que cualquier tormenta,

somos la voz que canta cuando todo calla.

Desafiemos a la noche que cree tenernos,

porque en nuestros versos nace el amanecer.

Aunque la oscuridad nos envuelva los ojos,

el corazón sabe el camino, y nos lleva a renacer.

Desafiemos al mundo si hace falta,

que tiemble la sombra ante nuestra fe.

Porque vos y yo somos eternas, somos palabra; 

y amor, somos la luz que nunca va a ceder.

Julieta Atenas