Conocimiento colectivo
Si alguna verdad he expresado en lo que afirmo
es producto directo de lo que hemos hablado.
No merezco ser nombrado por entender un silogismo
que lleva siglos escrito en el intelecto humano.
Sólo soy dueña de las dudas que hasta aquí me han traído,
si pude resolver el acertijo créanme, fue casualidad pura.
Yo caminaba en la penumbra profundamente abstraído,
cuando me dí cuenta que el camino era la verdad absoluta.
Solamente sume las conjeturas que otros habían escrito,
para no empezar desde el principio, porque me parecía una idea absurda.
Para qué inventar la rueda dos veces me preguntaba a mí mismo,
si alguien ya caminó el camino, voy a adoptar su última postura.
Si tomamos la acumulación de conocimiento como punto de partida
partiremos con la ventaja intuitiva que nos proporcionó el resto.
Es más fácil y es lo más correcto para aprovechar mejor nuestra vida,
seguir construyendo poesía a partir de lo que ya estaba hecho.
Por eso es que mi filosofía se basa en un conocimiento concreto,
que no es otro que el entendimiento de lo que hablar significa.
Una vez que se comprende esa premisa resulta ineludible el concepto
que le aporta al intelecto la pieza del rompecabezas que lo resignifica.
Entender es bueno porque proporciona más alimento y cobijo,
excepto que intentemos entender porque lo usamos contra nosotros mismos.
Ahí se vuelve complejo el asunto y en ese punto nos perdimos,
al punto de creer que pensamos, y que por pensar existimos.
LP DD
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