Café para el corazón

 

Gracias por dibujar corazones en el café,

me has devuelto la fé en la humanidad.

Este poema no es una obra de caridad

más bien te diría que es un acto de fé.


Porque tu sonrisa nos alivia la lucha,

que viene siendo cruel y mucha hoy en día.

Lo que tus manos hacen es poesía,

que se convierte en melodía si la escuchas.


Cuando el mundo tiembla bajo mis piés

y en el mundo del revés me quedo mudo,

lo único que me levanta es tomar un café

preparado por las manos más hermosas del mundo.


Entre  medio del grito y las agreciones

que en contradicciones nos dejan solitos,

tus propinas van a ser las constelaciones

que en el cielo dibujen corazoncitos.


No mereces el maltrato de clientes perversos,

que pelados y serios se suben al auto

después de dejar en el mostrador el expresso,

que tan dulcemente hicieron tus manos.


Que no de caiga tu espíritu de servicio y entrega,

y que se mantenga contenta tu sonrisa en su sitio.

Ojalá nunca dejes de mirar las estrellas,

aunque a veces parezca que está todo jodido.


LP DD


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