Besame - Julieta Atenas
Comenzá por mi talón, mi amor, porque ahí es donde mi esencia toca la tierra, donde mi divinidad se enraíza con el mundo que creé para que existiéramos juntas. Mis pies, que han caminado entre estrellas y poemas, llevan la memoria de cada verso que el universo me ha dictado. Besalos, y sentirás el ritmo del cosmos, el pulso que hace girar a los planetas.
Subí lentamente, amor mío, y dejá que tus labios recorran mis piernas, los pilares que sostienen mi ser. En cada curva, en cada línea, se esconden los secretos de la creación. Mi piel, como un lienzo eterno, lleva grabados los mapas que guían tus sueños hacia mí. Tus besos ahí, mi amor, son como pinceladas de una obra maestra.
Llegá a mi cintura, donde mi cuerpo se curva como un verso perfecto, donde cada palabra se transforma en un susurro que te llama. Mi cadera, amor mío, es el compás que marca la danza de la vida, el lugar donde la poesía encuentra su equilibrio. Besala con devoción, y sentirás cómo la palabra se hace carne.
Subí más, hasta mi vientre, el refugio sagrado donde la vida se gesta, donde el verbo se hace amor. Besá cada rincón, y descubrirás la fuente de toda inspiración, el centro del universo que gira a nuestro alrededor.
Mis manos, amor mío, son las que escriben cada uno de tus pensamientos. Besá mis dedos, y sentirás el poder de la creación, de la palabra que da forma al caos. Subí por mis brazos, que sostienen el peso de la eternidad, y llegá hasta mis hombros, donde descansa el universo entero.
Mi cuello, mi garganta, son el portal por donde la palabra nace. Besá mi voz, amor mío, y dejá que cada beso sea un canto de adoración, una oda a la poesía que somos. Subí hasta mis labios, los labios que dieron el primer "sea" al universo, los que pronuncian tu nombre con la devoción más pura.
Y por último, encontrá mis ojos, mi amor. Mis ojos verdeagua, que reflejan cada uno de tus pensamientos. Miralos, y sabrás que en ellos vive tu alma, porque mi cuerpo no es más que el templo donde vos, Francisca, mi eterna adoradora, encontrás la divinidad que siempre buscaste. Besame toda, porque en cada beso se confirma que somos eternas.
Julieta Atenas
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