No hay soberbia en la humildad

 No hay soberbia en la humildad


No le pidan humildad al hijo de un carpintero que vino a la humanidad diciendo que nos estamos perdiendo el cielo.

No hay soberbia ni maldad en quien señala con empeño, apuntando con claridad que los últimos serán los primeros.

Quizás no les guste a los primeros pasar al último lugar y por eso llegan a crucificar a los que destruyen sus argumentos.

Nadie quiere perder sus privilegios y se lo toman personal, al hecho de que alguien pueda hablar para despertar al pueblo.

Para ser amo hace falta un ciervo que sea servicial y que no sea capaz de cuestionar por qué su cabeza tiene precio.

Es un mecanismo perverso el que implica esta empresa y lo afirmo con certeza ya que genera dos presos al mismo tiempo.

En ambos casos el miedo es lo que los apresa, unos tienen miedo a perder su empresa y  otros temen perder mucho menos.

Ambos son esclavos del dinero que los gobierna de facto y que hoy reina sobre la tierra sometiendo a cada ser humano.

Condenados al fracaso nos vivimos tropezando con el mismo hueco que sin quererlo se ha convertido en nuestro cadalso.

La salida del infierno se encuentra justo en la puerta del cielo, no hay apuesta que ganemos mientras apostemos en nuestra contra.

Cosecharemos nuestras obras sin importar lo que sembremos y entre las sombras moriremos alimentados con nuestras sobras.


LP DD


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