¿Quiénes son los locos?
¿Quién está loco?
¿Quiénes son los locos
que entre nosotros permanecen
y que habitan entre los focos
que a los otros estremecen?
¿Por qué es que se merecen
que los tratemos de locos?
¿Y por qué somos nosotros
quienes los señalamos siempre?
Si hay algo que me estremece
es la luz de esos focos,
que dicen quien se merece
ser encerrado por muy poco.
Alcanza con ser un disidente
que contra lo normativo se alza,
para que te traten cómo residente
de una institución psiquiátrica.
Ni hablar si te abalanzas
contra la economía existente,
ahí verás más de una lanza
que se clave en tus sienes.
No alcanza con que niegues
lo que tu boca dice en palabras,
si esas palabras son evidentes,
verás que rápido te apartan.
¿No te parece evidente
la verdad que mi poesía narra,
cuando ves que las leyes vigentes
con chalecos de fuerza te amarran?
¿O será aquello que mostrabas
de la incongruencia en el presente,
lo que llevó al presidente
a cerrar los hospitales donde morabas?
Si estás loco de remate o de repente
alcanzas la locura de los hospitales,
es una clara señal que te defiende
de los molinos contra los que luchaste.
No estaba loco el hidalgo galopante
cuando luchaba contra los molinos,
es sabido que los juglares
siempre arremetieron contra el destino.
No son mías las locuras del presente
que nos advierten sobre la cura,
que siempre consiste en la cordura
que las dictaduras tuvieron siempre.
Si hoy soy una loca de repente
quiere decir que la gente se equivoca,
cuando dice que mi boca repele
las locuras que la tuya invoca.
Somos pocas las pacientes
que impacientes esperan locas,
a que se rompan los simientes
que siempre al frente me colocan.
No importa lo que me propongan
si en esa impronta me mienten,
diciéndome que yo soy la loca
porque veo lo esencial y lo evidente.
LP DD
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