¿Quién sabe qué quiere?
En una fracción de segundo
me hundo en la contradicción,
que supuso la traición
cometida contra el mundo.
Por eso estamos mudos
y no vemos que la ambición
nos está robando los segundos,
con los que contamos el hoy.
Lo que definimos como perfección
hoy nos mantiene moribundos,
persiguiendo hasta el absurdo
alcanzar hoy esa perfección.
Simplemente por no saber
que no se puede alcanzar,
aquello que es producto
de algo que debe pasar.
Para que lleguemos al indulto
y se produzca el bienestar,
no alcanza con renunciar a los insultos
que hoy nos alejan de la paz.
Porque hay cosas que son consecuencia
y las consecuencias se pueden imitar,
pero no van a ser verdaderas
las respuestas a las que vamos a llegar.
Por cada paso hacia atrás que dimos
la humanidad logró avanzar,
hacia aquello que nunca tuvimos
pero que supimos anhelar.
Sabemos hacia dónde vamos
aunque no sepamos caminar,
no se puede acertar en lo individual
en la diana a la que como colectivo apuntamos.
Solamente cuando abandonamos
lo que valida a nuestra mente,
es cuando por fin alcanzamos
la felicidad en el presente.
LP DD
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