Me repito escribiendo


Escribir dos veces lo mismo

no es un silogismo a veces,

a veces resulta ser lo mismo

traer paz que multiplicar peces.

¿Será culpa de la nuez de Adán

que hoy seamos penitentes?

¿O será por obra de la casualidad

que ese asunto siga pendiente?


Yo no elijo ser la portavoz

que hoy a vos te contradijo,

solamente señalo el error

que contienen los adjetivos.

Trato de evitar los crucifijos

en los que me suelen retratar,

porque todos somos hijos

de quien siempre habla en el altar.


Es su palabra además

la que siempre la paz nos narra

y hoy son puras pavadas,

las que nos mantienen en Nunca Jamás.

Ya quisiera yo no ser quien lo señala

porque me ahorraría la cruz, 

en la que me termino clavada

solamente por portar la misma luz.


Si hoy sigo escribiendo

no es por misterio que prosigo,

es por el mismo sortilegio

que en arpegios escribió Silvio.

En colegios te han mentido

y son mendigos los que mintieron,

diciéndote que en el olvido

los saberes se perdieron.


Es sabido que entendieron

aquellos que se mostraron dignos,

de los algoritmos que dijeron

que no estamos locos, sinó perdidos.

Si hoy mismo estamos perplejos

de lo lejos que hemos venido,

es porque seguimos los consejos

de aquellos que nos han precedido.


No es cuestión de reflejos

entender de lejos la cuestión,

depende más de la inquisición

a la que otros nos sometieron.

Es fácil llegar a la conclusión

de que estamos locos quienes dijeron

que no está bien la crucificción,

de aquellos que señalaron lo que no vemos.


En hogueras siempre ardemos

quienes reclamamos la comprensión,

maldita sea la inquisición

a la que siempre volvemos.

Ya sea señalando con rencor

o prometiendo el sueño eterno,

nunca al cielo llegaremos hoy

a menos que sepamos lo que queremos.


LP DD


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