La Madre de Dios


Traducirte en un instante

un sextante de mi pensamiento,

es como pretender amarte

en un absurdo sentimiento.


Siento que estoy en Marte

en un futuro imperfecto

y sólo puedo señalarte

lo insoportable de mis defectos.


Soy un altanero infame

que escribe testamentos,

como si tuviera algo para heredarte

que no fuera su entendimiento.


De mis errores me arrepiento

y aunque no pueda recompensarte,

he aprendido a retractarme

usando el intelecto.


De a momentos me contradigo

cuando digo lo que pienso,

pero pienso luego y me desdigo

cuando contradigo lo que profeso.


Nunca pensé estar en lo cierto

y hay cierto afán en lo que expresé,

pero a la razón me la dará el tiempo

y eso es algo que nunca sabré.


Tampoco es que me importe

ser alumbrado por el foco,

de aquellos que desde el norte

nos dicen que estamos locos.


Entre pronombres y alborotos

unos a otros los hombres,

se escupen en el rostro,

mientras todos son pobres.


Nadie sabe lo que se esconde

en el nombre de Dios Padre

y tampoco sabemos de la Madre,

que al Hijo de Dios le dió nombre.


LP DD


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