Hay que saber irse


Saber irse no es cuestión

de vivir en el rencor 

que se gesta en las apuestas,

es una cuestión de puertas

que te alivien del dolor.

Yo no quiero la conversación

que lleva siempre a la apuesta,

ni quiero ver la cuesta 

del calvario redentor.


Hay que irse antes del horror

que por error tanto nos cuesta.

Hay que irse antes de la puesta

del pensamiento o del sol.

De nada sirve el amor

si amar tanto nos cuesta.

¿Por qué será que el rencor

hoy contiene todas las respuestas?


Hay que abandonar el barco

un poco antes de que se hunda,

de nada sirve la dulzura que inunda

lo que crees poseer hoy por hoy.

¿Por qué creés que crees en Dios

y tu alma permanece moribunda,

sin que veas en las penumbras

aquello que te aleja de ese Dios?


No hay que borrar los recuerdos

que acaparaste en las fotos,

ni borrar tus recuerdos rotos

que aún hoy te mantienen cuerdo.

No hace falta llegar al cielo

para que veamos lo que otros,

han visto antes que nosotros

y transcribieron en sortilegios.


No nos hacen falta los arpegios

que los bombarderos nos daban

cuando buscabas en las migajas

lo que te enseñaron en los colegios. 

Nos hacen falta los arpegios

que a la paz nos acercaban,

pero que confundimos con sacrilegios

que de la paz nos alejaban.


Hoy necesitamos las moralejas

que se alejan de lo que transitamos,

hoy necesitamos que las letras

agreguen un verso a lo que vivamos.

No necesitamos de las ofertas

que nos ofrecen los supermercados,

ni necesitamos de las prendas 

con las que se visten los monarcas desnudados.


LP DD


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