El último mate
La última cebadura de yerba
se presta al final de la dictadura,
porque si hoy soy cara dura
es por la fortuna que me yerra.
No alcanzo a esa dama oscura
que la fama tiene por ocaso
y no hay caso en mi cordura
que se desanuda señalando.
Si hoy veo medio vacío el vaso
no le hago caso a los medios,
son veneno y son cadalsos
lo que a diario los diarios imprimieron.
Y si hoy se nos están riendo
es porque son unos desgraciados,
no me dan gracia sus intentos
de mantenernos anestesiados.
Cuando llegás a la última jugada
de un juego que no estabas jugando,
por fin ves en tus manos los dados
que la vida en tus manos portaba.
Para poder ver la portada
que aportaba el pasado
es necesario que la pavada
pueda quedar de lado.
O seguirás esperando nada
porque nada que hayas esperado,
es representado por las rayas
que apañan lo que has sangrado.
Son las mañas del pasado
las que han ganado las mañanas,
que el Rey David a cantado
esperando que ese mañana llegara.
Si llegás a los cuarenta
entre la espada y la pared
y no sabés lo que querés,
pero te sentís desesperada.
A la victoria ya la tenés
y se te nota en la caminata,
la fuerza está en tus piés
y se te vé en la mirada.
Cuando casi no queda yerba
y te estás tomando el último mate
podés saborear la espera
y sentirte contra un jaque mate.
Es normal no ver las estrellas
cuando estás llorando a mares,
pero contra tus lágrimas se mellan
los garfios de todos los males.
Es momento de que apuestes
porque a todos le llegan los ases,
no es una cuestión de suerte
así son las ecuaciones diferenciales.
Nadie pierde para siempre
y no hay nadie que siempre gane.
Y esa es una verdad tan simple
cómo la evidente certeza de que ya ganaste.
LP DD
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