El último mate
La última cebadura de yerba se presta al final de la dictadura, porque si hoy soy cara dura es por la fortuna que me yerra. No alcanzo a esa dama oscura que la fama tiene por ocaso y no hay caso en mi cordura que se desanuda señalando. Si hoy veo medio vacío el vaso no le hago caso a los medios, son veneno y son cadalsos lo que a diario los diarios imprimieron. Y si hoy se nos están riendo es porque son unos desgraciados, no me dan gracia sus intentos de mantenernos anestesiados. Cuando llegás a la última jugada de un juego que no estabas jugando, por fin ves en tus manos los dados que la vida en tus manos portaba. Para poder ver la portada que aportaba el pasado es necesario que la pavada pueda quedar de lado. O seguirás esperando nada porque nada que hayas esperado, es representado por las rayas que apañan lo que has sangrado. Son las mañas del pasado las que han ganado las mañanas, que el Rey David a cantado esperando que ese mañana llegara. Si llegás a los cuarenta entre la espada