El último clavo del ataúd
Clavarás el último clavo cuando el dedo de tu mano deje de señalar incongruencias como si fueran una ciencia que no genera esclavos. No ves el dolor de tus hermanos que a diario sufren hambre y el hedor te distingue por donde quiera que vas caminando. Te crees un empresario capitalista, unicornio dorado de un mundo surrealista que ve en Marte la salida de la arista perversa. Pero te pesa la razón cuando en tu contra señala con la antigua artimaña de mostrar la contradicción que existe en tus palabras. Lo que habla tu boca evoca mi náusea que me hace teclear tu desgracia gracias a la poesía que no te nombra cuando nombra tus mentiras. Son falacias tus verdades e ignorancia tu sapiencia me da gracia lo que sale, de inmunda y asquerosa jeta que sólo destila insultos y pestilencia. Nada es bueno si alguien sufre y a todas luces no son buenos, los que clavan en las cruces del hambre a todo un pueblo. Son dictadores del miedo o encubiertos fascistas que con un discurso narcisista, se pintan ...