jueza Misógina Paola Mirna Bernardini, acá le va otra poesía


¿Qué decirle a una jueza que se percibe Dios, sin que eso sea legalmente posible?

¿Qué decirte Paola a vos que no hayas leído en las leyes que no defendiste?

¿En serio te pensaste que ibas a permanecer impune para siempre?

¿O te olvidaste que existen redes que nos unen más fuerte que tuiter?


¿Cómo vas a defender tu argumento que me mantiene adolorida y que te pensaste que iba a pasar el día que refute o exponga tus teorías?

Hay ‘’Señora’’ Mirna Bernardini entre comillas, te cabe el escrache público para hacerle frente a tus fechorías.

No me alcanzan los insultos y no me rebajo a tu filosofía, mi ley es la ley y punto porque mi ley no es de fantasías.


No existen en tu futuro indultos y hoy te traigo la vergüenza que evadías, así cómo seguramente evadís impuestos aunque no tenga prueba de ello todavía.

Pero al igual que usted yo la acuso sin pruebas, porque en su juzgado usted no las necesita.

Porque incluso cuando las tiene enfrente hace la vista gorda o las desestima, tal cómo me dijo ese miércoles y cuya grabación conservo todavía.

Se le va a acabar su autoritaria dictadura porque usted es una caradura que transpira hipocresía, ya que usa la premeditación macabra y la ejecuta con alevosía, a lo mejor se percibe Savina, pero a diferencia de Savina usted no canta.

Por eso yo le canto 33 y además tengo en mi mano el ancho de espadas, al cuál traduzco en poesías improvisando con mi garganta.

Garganta que trató de callar mostrándome la horca suicida, esa horca que conocen bien de cerca aquellos que a pesar de recurrir a usted pidiendo ayuda, hoy todavía conservan su vida.

Seguramente especuló con que eso pasaría y lamento decepcionarla ‘’señoría’’, no me mató la culpa ni la sobredosis ¿Que le hizo pensar que usted lo lograría?

Solamente mueren los poetas pero nunca muere la poesía y donde sea que cometa una injusticia, resucitará a golpearle la puerta.

Cuéntela cómo usted quiera maldita jueza de pacotilla, pero mis muelas no están muertas y mi lengua es asertiva, no le alcanza la saliva ni puede cerrarme la puerta, porque cuando el pueblo silba es porque encontró las respuestas.

Y esas respuestas la señalan cómo autora material de lo que nos dolía y nos duele todavía, por más que nos cueste darnos cuenta.


LP DD ak Francisca Chavez


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