A los hijos de la filoSofía
¿Qué puedo decirle a tu hijo
que no vaya a ver por sí mismo?
Puede tener el tamaño de un higo
pero es tu hijo mientras respires.
Qué felicidad querida amiga
saber que hoy crece dentro de tu vientre
la vida que a sí misma se imagina,
aunque nadie sabe bien que quiere.
¿Para qué es que pretendo
ahorrarle los calvarios,
si ya nacemos muriendo
pero eso nadie lo sabe?
¿No será que hago el intento
por las dudas que él narre,
lo que a cada minuto pienso
que sufrimiento puede ahorrarle?
Somos un bebé cuando venimos
a éste mundo infame,
pero de adultos nos redimimos
en la banda que nos banque.
Porque solamente somos los amigos
que en la vida vos juntaste
y si tenés los amigos que Sofía tiene
te vas a parecer a tu madre.
Sentite afortunado si las personas
que te rodean y te apoyan son buenas.
Y sentite decepcionado en las penas
que tengas que llorar a solas.
Porque eso quiere decir que lloras
sin nadie que te contenga
y a menos que sientas que te valoran,
tu vida estará repleta de tristezas.
Preguntale a tu madre por esas
personas que por ella apuestan
y te va a decir una sola cosa:
No estás solo sí con amigos cuentas.
Porque aunque tengas once semanas
y parezca que tu vida recién empieza,
tu camino empezó mucho antes
incluso de que te concibieran.
Fueron muchas las propuestas
y también las ocasiones
en las que perdiste las apuestas
que hoy ganan los corazones.
Porque el corazón ve lo esencial
que se le escapa a tus razones
y por eso es que sos especial,
si tenés amigos a montones.
No hay forma que transformes
el dolor o el sufrimiento en alegría,
si no tenés la compañía
y el apoyo que la unión propone.
Y si no crees en mis proposiciones
decile a tu vieja que te lo diga,
no alcanzás a nacer todavía
y ya estás dudando de mi nombre.
LP DD
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