Podemos creer


¿Por qué creés en cuentos contados entre cuerdas?

¿Y cuántas cuentas contento contando recuerdas?

¿Podés entender al cuerdo cuando está contra las cuerdas?

¿O pensás que están locos por señalar contradicciones cuerdas?


El hombre vence a la máquina, dijo un loco en una apuesta

contra trenes de risa sarcástica, y prolijo el loco se la llevó puesta

predijo al foco que de vuelta, te muestra que al final del túnel

esa luz por la que apuestas, es nuestra fé en los calambures.


Es decir que viene un tren de frente y a todo ritmo por ese túnel,

en el que te metió creer y del que no te salva rimar bien,

porque esa luz que ves creyendo, que es una exitosa salida,

lamento desilusionarte pero, es sólo una salida de suicidas.


Esperanza perdida, en una vida vacía de certezas,

lanza de esperas, que a tu cabeza inocula caricias.

Espera destejida, en andenes de vías muertas,

que raza desteñida, en atardeceres de vistas tuertas.


Ruleta rusa que gatillas, apostando contra quimeras,

que pronuncian guillotinas, hablando mentiras sinceras,

que anulan tus certezas, volviéndote una gallina,

que especula cuando piensa, que por pensar tiene vida.


Divino maleficio perfecto que va del tedio al suicidio,

mientras destroza su intelecto en juegos de homicidios,

a los que por pudor les decimos, guerras desde lejos

cuál si fuera un juego, en el que no mueren niños.


Si tuvieras florecillas al costado del camino transitado

o si tú vieras flores y sillas, a costa del camino transpirado,

no te sentarías al costado, aspirando el humo espeso

porque sabrías anticipando, cuánto cuesta un esfuerzo.



LP DD


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