Los que luchan y los que lloran


Ojalá hubiera más gente que luche, llore y ría,
sería más hermosa la vida 

y habría menos dolor presente.


Lamentablemente es el dolor,

el que nos llevó a ser mejores, 

siempre luchamos por amor 

y a pesar de las instituciones.

Nadie busca solución 

a los problemas que aún no vienen 

y si el problema se volvió solución, 

fué por la acción de los sufrientes.


Nadie imagina el horror 

que en el duelo se contiene 

y no es hasta haber pasado lo peor, 

que buscamos lo mejor para los que vienen.

Si el mundo mejoró 

créanme fué gracias a quienes, 

pudieron convertir su dolor,

en un motor para que no muera gente.


No hay tangente en el pavor, 

ni hay necesidades urgentes, 

lo urgente es que no mueran hoy, 

más pibes porque somos negligentes.

Y aquellos que no escuchan la voz, 

de quienes perdieron lo que tú tienes, 

nos están condenando al peor, 

de los destinos existentes.

Que no es otro que repetir hoy, 

esos errores negligentes 

y seguiremos penitentes bajo el sol, 

sin aprender de nuestro presente.

Y si en el presente que es hoy, 

no aprendemos inmediatamente, 

el futuro será repetir ese dolor, 

que nos dejan aquellos ausentes.


No es que nos falte amor, 

es que amamos al dinero fervientemente, 

no amamos la vida hoy por hoy, 

por más que admitirlo nos cueste.

Y si me equivoco en mí afirmación, 

miren a Palestina urgentemente 

o a todos esos niños sin comedor, 

ni comida entre los dientes.

Miren a las madres que lloran, 

porque a sus hijos ya no tienen 

y díganme qué político las honra, 

haciendo hoy mejores leyes.

Una estrella amarilla contiene, 

más sabiduría hasta ahora, 

que toda la que el parlamento 

tiene en sus vanos intentos presentes.


LO DD


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