De Lacán hasta acá
Ahí donde no estás pensando
reside el breve espacio,
en el que existes sin pensarlo
y el tiempo pasa despacio.
Contrario a lo que creíamos
crecimos en manos de insensatos
y por contrato invertimos
el tiempo de nuestras manos.
Contradijo a Descartes el tipo
un martes que a Freud prolijo,
lo reivindicó al estilo Cristo,
diciendo no es esto lo que él dijo.
Porque no eres quien piensa
sinó quien puede pensar dijo
y eso alcanzó para poner la pieza
que faltaba para desarmar el crucifijo.
Por eso lo esencial es invisible
a lo que el ojo mira atento
y en vano intento insiste,
sin ver aquello que tiene adentro.
La esencia del ojo mismo
reside en ver el sendero,
para que el pié en el camino
no tenga tantos tropiezos.
Y cuando no tropiezo pienso
que soy yo quien predijo pensando,
los pozos que desde el principio
aprendimos a esquivar mirando.
Y mirando pensamos perdidos
que si podemos mirar y miramos,
podemos dudar de todo,
menos de ser quien está mirando.
Es tan sencillo el algoritmo
que lo volvimos complicado,
porque pensando entendimos,
que podemos ver cuando miramos.
Y sin entender mirando vimos
aquello que resolvimos pensando
y vimos que pensando pudimos,
ver que vimos mientras pensamos.
Y fabricamos algoritmos
para explicarnos a nosotros,
quien soy cuando soy yo mismo
sin ver que eso mismo somos.
La palabra es todo lo que somos
y lo es Todo en Sí Misma,
Cristo mismo probó el dolor,
de esa corona con espinas.
Somos hablar porque hablar pudimos
y porque pudimos hablar fué que dijimos,
que el hombre puede dudar de todo
de todo sí! excepto de sí mismo.
Somos el sujeto tácito implícito
en el hecho mismo de pensar,
no somos quien resuelve acertijos,
somos el acertijo mismo además.
Somos la duda que se descubre
y se mira a sí misma en la penumbra
y desnuda con las intrigas se viste
mientras insiste con las dictaduras.
Y se hacía más profunda y triste
la oscura deznudes que sentía,
porque dudando la duda insiste
sin encontrar la verdad que quería.
LP DD
Comentarios
Publicar un comentario