Travesía del desierto

 Travesía del desierto 


¿Cómo hacer para medir el camino transitado 

Y cuánto tiempo al costado esperaremos tranquilos?

No será mí suicidio quien señale el rito que hasta ahora evito mientras escribo cantando

Será el acto involuntario de miles de Cristos que cantarán en himno casi al unísono 

Cuando sin previo aviso se reprocese el trauma y  reclamen el trono mismísimo.


Y lo reclamarán para todos, los oprimidos, los desplazados, los señalados, los que perdimos.

Será nuestro por derecho divino y por acto voluntario porque así lo decidimos.

Cuando entendimos que el contrato que firmamos sin leer no es para nuestro beneficio 

Pero podemos anularlo y reclamar cada gota de nuestro sacrificio que no se ha perdido.


¿Quienes hicieron los puentes y los edificios?

¿Quienes cavaron los túneles que conectan destinos?

¿Quienes mezclaron cemento para tapizar con pavimento los caminos que piso?

¿Cuántas fueron las montañas convertidas asfalto y derrotadas por pesimismo?

¿De quienes eran las botas y quién fue el que quiso que hombres armados le disparen a niños?


Estamos locos de quicio si no vemos el maleficio en el que nos metimos 

Por no ver qué lo producido se expropia in Situs de las manos de los que lo produjimos.

Y quedamos vacíos de vida y sentido persiguiendo sueños que nunca quisimos.

Sin saber que en este juego siempre se puede empezar en un nuevo partido.


Pero para eso es preciso que entiendas las reglas que rigen al actual sistema 

Es una ruleta suicida que tras Giroyima insiste en palestina doblando la apuesta.

Y todo se orquesta de forma siniestra porque la ganancia es la única meta concreta

Porque con esa ganancia se pagan supuestos caminos y escuelas, puentes y carreteras 


Pero ya están hechas todas las calles y todos los carros

Ya tenemos ahorros como para pasar un siglo sin cigarros 

Ya no necesitamos hacer desde cero todo lo que hicimos

Si la rueda ya gira mejor le agregamos algo que mejore su giro.


¿Quienes gozan hoy de todo el esfuerzo hecho por aquellos que construimos este paraíso?

¿Cómo pueden los dueños seguir teniendo el poder que el dinero otorga por derecho divino?

¿Cuánto tiempo más seguiremos respetando las reglas de un juego al que jugar no quisimos?

¿No se puede dejar de jugar o seguiremos fingiendo por cortesía a los más ricos?


¿Quienes pierden sus privilegios si repartimos de nuevo las fichas que acumularon poquitos?

¿Les podemos decir ya ganaron y listo, empecemos de nuevo desde el Principito?

¿Porqué no?

¿En serio por eso?

Bueno, espero.


LP DD



Comentarios

Entradas populares de este blog

Ganas de amar

Lápices que no Pudieron Romper

Incendio Verbal