Nombrarlo es destruirlo
La presión sube en la corteza cerebral cuando celebran a tus expensas
y en expansión crece la certeza verbal buscando equilibrar tus defensas;
maldita incongruencia, que en decepción te hundió por la depresión intensa
e indefensa quedó tu alma al exterior, que te lastimó por decisión perversa.
Yo he visto a Bukowski en mi mano sostener el vaso y escribir estribillos
sólo soy digno de su alcoholismo, a los versos se los atribuyo al destino.
maldito poeta que me sumió en el vicio de leer algoritmos ya escritos,
que resuelven de facto lo que nos hundió en este abismo sin sentido.
No puedo decirlo porque nombrarlo es destruirlo, el silencio es su castillo
y lo pierdo en el desquicio en el que a diario habito, entre miles de gritos;
de tedio, cansancio, dolor o de hastío, que aún escucho en los zumbidos
y que repito despacito para que entre por tu oído aunque no lo hayas entendido.
Si los que afirman lo contrario se empeñaran en demostrarlo con datos,
no quedarían dudas que son ciertos sus dichos y no son falsos engaños.
Pero los contradigo en sus caprichos que de facto son excesivos y avaros
no quedan dudas que no son ciertos los mitos que los sostienen parados.
Ni tu dinero ni tus contactos, te redimirán de nuevo cuando veas al Cristo,
que sufre hambre al costado del camino, mientras tu despilfarras los vistos:
¿Para qué sirve que te vean si destilas odio en todo tu contenido repulsivo?
prefiero no ser visto con la tranquilidad que dá el cobijo de saber que sirve todo lo que escribo.
LP DD
Comentarios
Publicar un comentario