Encerrada dentro mío
Encerrada dentro mío
Cuando miro para adentro
y contemplo el laberinto,
entiendo el instinto carnicero,
que me mantiene perdido.
Y prendido fuego pienso
que el incienso que prendimos,
tiene el olor de los muertos,
que no salieron de ese abismo.
Fabricamos himnos
que cantamos eufóricos
ignorando a sí mismo,
nuestro sentido folclórico.
Por eso en lo caótico
aceptas el suicidio,
cometido por los católicos,
contra el mismo Cristo.
Y de sacrificio a colegios
se forjaron metafóricos,
los algoritmos de arpegios,
que generan santos crónicos.
O hipotéticos mártires
que cantan versos retóricos
y a los altares estériles,
los subieron decretos canónicos
Porque cuando pienso
me vuelvo un delirante
y empiezo por el suelo
con un beso a levantarte.
Tus hijos van a defenderte
en hojas de cuadernos,
o a pico y pala como antes
cuando eran otros tiempos.
Madre mía dame tiempo
para entender este martirio,
que en el delirio encontré,
cuando bebí la poesía de Cristo.
Yo se que no soy el mismo hijo
al que bajaste del madero,
pero camino el mismo sendero,
de espinos y crucifijos.
Yo no elijo ser el reflejo
que de lejos me predijo,
pero digo en mi pellejo,
que me alejo del suicidio.
Para cumplir la profecía
es necesario dejar el vicio,
no resucito por inercia,
es la tendencia de lo divino.
No me sabía yo ese truco
que en lo astuto se escondía,
ni conocía la melodía,
que decía quiero retruco.
Dentro mío y con disimulo
encontré el rumbo de la vida
y si ahora bailo mudo,
es gracias al himno a la alegría.
Encerrada muy adentro
perdí el tiempo y el encanto,
al espanto lo veo entero,
cuando espero resultados.
Y frustrado me encuentro
contando en garabatos,
aquellos momentos ganados,
de los que guardamos pedazos.
LP DD
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