Carta a los editores
(Hola grupo clarín y cia.)
Yo entiendo el negocio
que su empresa representa,
yo no quiero ser su socio,
sólo le solicito su imprenta.
Tampoco pretendo que comprenda
a ésta socia del ocio,
que escribe contra marea,
buscando llegar a un simposio.
Si usted está leyendo esta carta
le aseguro que vamos tarde,
nadie sabe hacia dónde avanza,
ni recuerda de dónde sale.
Por eso es que le pido que se apiade
de quienes volamos en la esperanza
de aterrizar ésta aeronave,
que se estrellará en la nada.
De ustedes editores depende
el futuro al que arribará el mañana,
y si se ensañan con la ganancia,
no verán la esencia que se pierde.
Será mejor que ni lo intenten
o volverá Bukowski de entre los muertos,
a decirles impertinentes,
no sean tibios y pongan huevos.
Yo no renuncio en mi insistencia
y a la asistencia apunto sin preámbulos,
para que publiquen con inteligencia,
palabras que despierten a los sonámbulos.
O será un gol al ángulo
el que les meta la vergüenza,
cuando lleguemos al futuro
y se den cuenta, que ya no hay vuelta.
Por confiados o por creídos
vivirán poseídos y obstinados,
no reconocerían a un Cristo,
aunque lo tuvieran enfrente, sentado.
Y quédense tranquilos
porque esto no es un estrado.
Pero aunque ustedes son los letrados,
yo soy la que escribo.
Hoy renuncio a darme por vencida,
hoy mi vida no vale el indulto
que los insultos me convidan,
para que caiga mi cerebro mudo.
Si les escribo es a porfía
y no filosófica teoría vana,
sería más fácil estar en mi casa,
tomandome una birra fría.
Y sin embargo mis dedos me incitan
a escribir ésta carta que insiste,
en que lean los poemas que dictan,
la salida del infierno que nos persigue.
Yo se que preferimos hacer invisible
el inevitable dolor que nos transita,
pero en la vida hay que decidirse,
porque en los grises no hay comida.
Así que no te aflijas si ésta línea no leíste
y si la leiste y no entendiste ni lo digas,
porque ya estoy cansada, de que arbitren
mi vida quienes no entienden nada.
Agarrá todo lo que supusiste
sobre mi escasa persona
y barrelo bajo la alfombra,
porque es así como el mundo sigue.
Porque para qué voy a explayarme,
buscando absurdamente que entiendan,
todos ustedes tienen empresas,
que están buscando llegar a Marte.
Y son editores justamente
porque sostienen, en alto la realeza
de la Real Academia, que tropieza
con la misma piedra setenta veces.
No verán a las Tres Marías
que vió el soldado Orión.
Y me enviarán un cazador
tal como hizo, la madrastra mía.
Si yo fuera Blancanieves esperaría
a que me ofrezcas la manzana del contador,
para caer en el sopor de los que aspiran
la nieve blanca, para evitar el dolor.
Escabroso relato de terror
aterrizar de una lobotomía,
sin autonomía y por error,
en una sociedad tan fría.
Debe ser la mala suerte mía
que me lleva siempre al horror,
ya pasamos campos de concentración,
es hora de volver a la poesía.
Por eso yo esperaría
que después de leer estas líneas
se impriman, sin costo las poesías
así serían más lindos, todos los días.
No puede ser que la moneda
sea, un impedimento a lo que brilla.
No tienen precio las maravillas
y las rimas no son almoneda.
LP DD
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