A José Sbarra

 Espejo para sobrevivientes. A José Sbarra


¿Cómo enviarle mi respuesta

a José Sbarra en ultratumba,

que estatura será necesaria

y cómo entro a su tumba?

La vida es una fiesta

o un centro de tormentos,

dependiendo del lado del espejo

que estés durmiendo la siesta.


No busques las respuestas

en el eco de los hombres,

esos ándes son enormes

y en ellos no hay puertas.

Será nula la retórica muerta

que por respuesta obtengas

y quedará muda tu silueta,

porque sus bocas no tienen muelas.


Fijate en aquellos reflejos

de espejos rotos y descartados,

que me dejaron perplejo,

cuando me reflejaron desde el pasado.

En el dolor de mis hermanos

que se preguntaban inquietos:

¿Habrá ternura para los desarraigados,

o qué oráculo predijo nuestro desierto?


Me resulta increíble que un muerto

pueda aportarle a mi intelecto,

más valiosa sabiduría,

que todos aquellos intentos;

Que realizó la altiva filosofía

en un vano, fútil y escueto,

intento de sostener a porfía,

verdades que van contra el viento.


Son las armonías que desde lejos

silbaron esos viejos que sonreían,

porque veían en los raros su reflejo

y entendieron que su cerebro sobresalía.

Las que indican cómo usar el verbo

para voltear a favor de la vida,

la poesía de los que no murieron,

porque sus rimas me resucitan.



Porque la humanidad no está perdida

y aunque sumida en la mediocridad,

hay humanos que vinimos a cantar,

que la sabiduría no es clandestina.

Y quizás sea esa tenacidad

la que a cantar a tu alma incita,

aunque toda la humanidad,

te corone con espinas.


Entonces querido Hidalgo

hacé como el Quijote de La Mancha,

y sonreí cual delirado,

cuando te ataquen por la espalda.

Y así verás que las puñaladas

no son lo que habías imaginado,

son la señal inequívoca que señala

que si ladran, es que estamos cabalgando.


Entendé que es el calvario

el camino que recorren,

los que señalan los horrores,

que corroen el abecedario.

Y aunque son humanos los errores

nadie quiere ser señalado,

en sus errores personales,

por eso te están apedreando.


Podés preguntarle a Oscar Wilde

y verás que es igual la respuesta,

la vida es una herida abierta,

para cualquiera que vea lo que hay;

Detrás de las sonrisas desiertas

en las que no florece la vida

y ni hablar si es que intentas,

señalar esas sonrisas vacías.


Será lapidaria contigo la economía

y sólo verás lobotomías,

que buscan extraerte en sacrificio,

de tu cabeza la poesía.

Con oficios que anestesian

de a poco tus encías,

para que te pienses un loco,

que desencaja en las tarimas.


LP DD



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