Pienso que hago

 Pienso que hago


Cuando estás haciendo

no tenés que pensar,

no porque no debas hacerlo,

sino porque así ha de pasar.

No se puede pensar y hacer

y no porque esté prohibido,

sino porque así a de ser,

si decides hacerlo tú mismo.


Porque cuando se hace

el cerebro se concentra,

en completar la tarea

y eso es lo que te complace.

Y cuando estás en ese viaje 

te das cuenta que no estás pensando,

y ahí ves el paisaje

que te perdías por pensar tanto.


Fijate que cada tanto

cuando estás ocupado,

notas que estar concentrado,

es estar en tiempo y espacio.

Y ahí reside el espacio breve

donde a diario sueña Pablo,

que ella perfuma cuando se mueve

las sábanas de ese Breve espacio.


Es sutilmente necesario

captar la esencia invisible,

para poder renunciar al diario,

calvario de invencibles.

Obstáculos que en lo cotidianos

que nos mantienen inservibles

y a mediano y largo plazo,

nos perdemos la esencia invisible.


No existe diferencia exacta

entre las cosas que no viste

y las verdades que se te escapan,

cuando en el placa placa te perdiste.

Decí alpiste y toma clonazepam

porque no saldrán del escondite,

los calambures que acalambran,

a quienes reprimen los confites.



Cómo taza de té hecha con amor

pero servida en mano con manopla,

a lo Vico ciego a los que soplan,

escribiendo cual hieter con rencor.

No me jodan más mia amor

que se se me sube la testosterona

y en un par de versos sádicos,

le infundo temor a tus hormonas.


Escribo jaque mate 

a los que siembran en tabernas,

el vino del hastío,

que somete a las penas.

Duras fieras que pelean

contra el mismo Cristo,

que habita en el tinto,

de las penas que despiertan.

En esas noches eternas 

donde morimos a tientas,

cometiendo un suicidio,

que no pata tus penas.

Y en esas penas tú me encuentras

para evitar el homicidio,

de tu cerebro que reza

para que leas ésto, amigo mío.


Ahora vas a poder ver 

que cuando pienso no escribo

y si ahora estoy escribiendo,

es porque no estoy pensando.

Solo alcanzo a leer 

lo que los dedos teclean saltando

y apenas puedo creer,

lo que aquí está pasando.

Vaya forma de entender

lo que acá te estoy contando,

si lo logras comprender

te aseguro, estás salvado.

Y cantarás resucitado de repente

redimido de tus pecados,

porque ya no eres invidente,

¡Hoy vos y yo tenemos un pacto!


LP DD


Comentarios

Entradas populares de este blog

Ganas de amar

Lápices que no Pudieron Romper

El Lenguaje como Punto de Partida