Mascando coca
Mascando coca
Si tomara coca cola
como norma de la vida,
me perdería de la ola
que surfea la poesía.
Y en una dicotomía
que te mordía la cola,
no ves la ambrosía,
que ya no te perdona.
Suave estrofa que perdías
por osadías que desaforan
y transforman la poesía,
en envoltorio de celofán.
No verás a Luca Prodan
en las propuestas perdidas,
ni volverás a ver la historia,
en convocatorias de suicidas.
Es la coca en mis muelas
la que masca melodías,
que retuercen tus espuelas,
en secuelas de porfías.
No me insistas ni desistas
de las listas que en escuelas,
buscan matar a Sofía,
en sintonía con tus secuelas.
Y a mis costas o costillas
la maravilla se hace bosta,
porque deportan en tarimas,
a Martina y sus postas.
Cuando hacemos la vista gorda
o sordas nuestras orejas miran,
que no rima con amor la sombra,
que no nombra a quien asesina.
Mascando coca, cual Chola
que en la puna trepa montañas,
se forjó la hazaña que ahora,
brota desde mis entrañas.
Para desenmarañar la historia
que me nombra en patrañas
y en económicas mentiras provisorias,
se anestesian diciendo hasta mañana.
En los andes que recorren
nuestra América Latina,
corren los aires de la vida,
que no se pueden corroer.
Y que van escribiendo en rimas
que se pueden descomponer,
para entender la alegoría,
que Platón escribió alguna vez.
Y en los cuadros pintados
con óleo y pincel,
Davinchi dejó explicado,
todo lo que hay que entender.
Haciendo referencia a textos
que revelan lo intrincado,
que está implícito en aquello,
a lo que hoy le llaman patriarcado.
Ponete feliz si en estas líneas
ves el pase que te tiré,
desde ésta esquina de la vida,
que es el korner que no se ve.
Para que con tu cabeza claves
un golazo de una vez querida,
cuando sonrías con la clave,
que de ti misma te tenía escondida.
Oh conciencia de mi vida
bendecida con demencia,
no le aflojes a la poesía
o no tendremos clemencia
Ni amparo en la tormenta
cuando nos saquen de quicio
y saltemos al precipicio,
en una muerte violenta.
Por Favor yo te lo pido
ahórrate éste calvario,
desde el que hoy te escribo,
en un acto involuntario.
Para decirte adolorido
que no estas solo hermano,
es mi mano de suicida,
la que hoy te está dictando.
Despacito y al oído, dijo
que sucede cada tanto,
lo que le paso al mismo Cristo,
qué es lo que estás pasando.
Y por eso te respaldo
cuando subís al crucifijo,
no sos mi hijo sos mi hermano
y uno solo es nuestro destino.
A los calvarios los pasamos
hace dos mil años en solitario,
ya se acabó hace años,
eso de estar solo en el llanto.
Él ya nos allanó el camino
y nos dejó humo al costado,
hoy surfeamos con disimulo
y a los dolores los menstruamos.
Hoy ya no es complicado
explicar lo que pagamos,
si estoy acá cantando,
no es por haber resucitado.
És, justo por haber sanado
del trauma que cargamos,
que ya no estoy gritando,
pero sigo agitando en tangos.
Para que del fango te levantes
cómo yo levanté mi cabeza,
que vocifera en una pieza
en la pluma de Cervantes.
Para que veas en un instante
que yo leí a Almafuerte
y desperté en el presente a decirte:
¡Es hora de que despiertes!
LP DD
Comentarios
Publicar un comentario