Las palabras que decimos
Las palabras que decimos
Sí las palabras que decimos,
no sé convierten en comida;
Serán pútridos algoritmos,
que a las balas te convidan.
En la envidia y en los ritmos,
lo divino se nos perdía;
Vaya vida que tuvimos,
en la que no vimos la poesía.
Ni en la esencia de existir,
ni en la misma existencia ;
Existió nunca un elixir,
que no te exilie la conciencia.
Y a los ríos en suicidios,
nos llevaron siempre a morir;
Asistidos siempre por el mito,
de que tu oído puede oír.
En la ira que de a poco,
y día a día nos consume;
Se nos funde un poco el foco,
solo por falta de costumbre.
Porque nos acostumbramos,
a apostar nuestro futuro;
Pero apostamos a qué es oscuro,
y tras muros nos encerramos.
Esas palabras que decimos,
son los barrotes de la cárcel,
más perfecta que hayamos visto;
O por lo visto es el arancel.
Que pagaste a lo Cristo,
con sacrificio de tu frente;
Que se siente al borde del abismo,
y sangra por espinas el presente.
Y las palabras que no digo,
se convierten en la balanza;
Donde a diario imagino,
El camino a la muerte blanca.
Por eso me suicidio en poesías,
que serían el precipicio;
Desde el inicio de mí vida,
soy amiga de los vicios.
Y en los vicios no hay salida,
o esa salida es el suicidio;
Vivo adolorida de mí vida,
y riendo muero en el hastío.
Y por eso es que me escribo,
o me disparó en los renglones;
No serán mis maldiciones,
Las que me quiten del camino.
LP DD
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