El dolor que dibujó la letra
El dolor que dibujó la letra
Ser la persona más feliz del mundo
implica de un modo inoportuno,
sentir el sufrimiento rotundo,
que siente al gritar un mudo.
Y es un nudo en mi garganta
el que cantó en el estornudo,
lo que pudo el pueblo en alza,
en la historia aportarle al mundo.
Y por eso disimulo al instante
la sonrisa por morder el fruto,
del conocimiento estresante,
que me convidó el futuro.
Y por eso me apresuro a hablarte,
porque sé que estás en el oscuro
y profundo tedio que cambiaste,
por una gris paleta de claroscuros.
Porque cuando escribo letras
traduciendo oscuros mundos,
me quedo mudo en las imprentas,
de algún dibujante zurdo.
Que a tinta y pluma pudo
despertar una poesía tan intensa,
que me anestesia los rudos,
moretones de una mano que piensa.
Qué haría yo o como pudiera,
convertir en dibujos mis poemas,
son quimeras los monstruos que dibujo
y la noche es la compañía más siniestra.
Por eso cuando veo un junco dibujado,
veo un cielo estrellado que muestra
algunas respuestas que estaba buscando,
cuando salí caminando a trepar cuestas.
La poesía descansa en las praderas
y en lo cuadernos de serenos dibujantes,
que con delirios de cantante,
pintan con paciencia hojas enteras.
Para inspirar a algún poeta
que se detenga a contemplar girasoles,
pintados por Van Gogh en mano experta,
o por tus manos que son perfectos soles.
Lo digo por la pureza sublime
necesaria para pintar la belleza,
esa que esperaba ver con la cabeza,
antes de que mi tiempo termine.
Y por fortuna para mis certezas
la sutileza de la luz de luna,
borró en un dibujo mis tristezas
y de un plumazo pintó mi bravura.
A través de la vasta espesura
de la niebla que nos separa,
la palabra es la blancura,
que despunta la luz del alba.
No sabía de la estatura
que era necesaria,
para ver encima de la bruma,
en la cima de la montaña.
Majestuosos valles que mis ojos miran
ahora que trinan los zorzales
bajo el sol del mediodía
¿Dónde estabas poeta mía o de dónde sales?
¿Acaso tus manos son puñales
o son los lápices que no veía?
Con los que se pintaban los rosales,
¡En colores de poesías!
A lo mejor si le pongo color
al dolor que la letra contiene,
se note la sangre y el sudor,
que implica la poesía cuando viene.
Porque es a través de ese dolor
que cual aguja intravenosa hiere,
que se inocula el amor,
que todo un poema contiene.
Y ahí es cuando la alegría viene
porque se siente el calor,
al ritmo del corazón que tienes,
helado por falta de clamor.
Ya que siempre surge el candor
cuando en palabras un dibujo,
en tus labios dibuja el ardor
con el sabor al que sabe un embrujo.
Vaya falta de visión
y qué omisión de conciencia,
que por consecuencia,
me sumió en la depresión.
Hasta que vencí la sumisión,
y la indefensión no me apresa
nunca más volverá mi cabeza,
a ser mi propia prisión.
Por eso hoy canto por vos
que alguna vez estuviste presa,
para decirte a viva voz,
que hoy está libre tu inocencia.
Libre de culpa y cargo
para por fín cobrar la herencia,
que se viene postergando,
en testamentos de incompetencia.
Te agradezco la paciencia
y el trabajo que te tomaste,
al leer ésta imperfecta letra,
escrita por mis dedos parlantes.
Ojalá que se embelleciera
aunque sea uno de tus instantes,
porque así serías Dulcinea;
Y yo estaría más cerca...
Del Quijote de Cervantes.
LP DD
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