Al Juez de ‘’Paz’’ Marcelo Muscillo

 Al Juez de ‘’Paz’’ Marcelo Muscillo


Todo aquello que no tuviste

cuando estuve a tu lado,

lo perdiste por avaro

o se te volvió invisible.

E inservible quedó el dado

que en tus manos tu viste,

porque apostando el pasado,

en mis manos te perdiste.


Y lo que no tuviste lo perdiste

mientras en mi contra disparaste,

si no te das cuenta decí alpiste,

porque no viste dónde pararte.

Tal como los tibios de Nietzsche

no llegarás a tocar el parlante,

cuando por fín te paralice,

el código penal que tenés delante.


Porque a los tibios Dios los vomita

ya que imitan a los Cristos

y mientras señalan sodomitas,

no miran sus humanos atributos.

Y mientras esquivan el bulto

por puro amor a las comillas,

se humillan en insultos,

con indultos de alegorías.


Súbase a una tarima Marcelo

a ver si entero al round se anima,

no vas a ver ni las comillas en celo,

cuando te interpelo en una rima.

Perdiste tu autonomía querido

y maldito juez que no sabía,

que te estabas metiendo con Cristo,

porque él me alimenta de saliva.


Te insisto y te derrito a derecho

del estrecho papel que cual perrito,

te permitió meterme el pecho,

aunque está más frío que el Perito.

Hoy arremeto contra el vicio

que el algoritmo dicta de facto

y que a falta de contacto íntimo,

se perdió el placer del contrato.


Para que entiendas que al tacto

leo el braille en las leyes

y si voy a destrozar tu anhelo humano,

no será con mi personal anhelo inerte.

Yo soy AlmaFuerte recitando

y abogando soy la misma suerte,

no estoy viva por tus dictados,

si hoy respiro es gracias a la muerte.


Esa muerte que transitamos invidentes

quienes soportamos en juzgados,

a que vos tires los dados que ausentes,

resuelven tus sentencias de costado.

Porque son tus ocultos intereses

los que mueven tus visibles manos

que al costado del camino me tienen,

mientras yo sigo esperando.


A que resuelvas tus conflictos

o esos intereses personales,

que te mantienen dividido,

mientras hacés, de la ley azares.

No me claves más puñales

que yo no soy Calamaro, querido

y me tenés adolorido a raudales

ignorando las señales de delito.


Le escribo para que no sienta señoría

que lo estoy discriminando,

después de escribirle a la fiscalía

y a la ‘señoría’ del otro juzgado.

Yo no me había olvidado

pero tengo mis prioridades,

las damas primero como en el pasado

y al final usted, como los primates.


Lamentablemente les hombres machos

se quedaron panchos simplemente,

mirando de repente los anchos,

caminos por los que van a la muerte.

Agradezco tener ovarios en la mente

que me sacan del cotidiano averno,

o infierno en que que usted me tiene,

por su tibieza de los sin sueño.


Sea sincero se lo pido

o eso hice en el pasado,

no vas a entender el algoritmo,

que me tiene resucitando.

No soy un pescado y mis pecados

no dependen de usted para redimirlos,

si hoy me planto en desacato,

no hay estrado que detenga mi ritmo.


Te voy a dejar empapelado amigo,

cual si fueras un departamento nuevo

y de nuevo y sin aviso juecesito,

te voy a romper los huevos.

Para que no se olviden tus nietos

que su abuelo fué un maldito enfermo,

que sorteaba en sacrilegios,

las leyes de todo un pueblo.


No hay camello ni Rey Mago

que te levante del fondo del fango,

porque no sos Felix Tettamanti

y sin embargo yo soy Pedro Bonifacio.

Que con pollera y sin prefacio

se abrió paso en el tumulto,

porque no vivís en un palacio

y lo mío es el apoyo mutuo.


Ojalá yo fuera Zaratustra 

o una estrella de Marvel,

que altiva te insulta,

en una playa de Mardel.

Pero me tocó ser la musa

que te anula cuando sales,

a querellar leyes difusas,

que triunfan en los tribunales.


Ojalá que tu saliva no me toque

el rostro cuando caiga

así mi piel no se vuelve cristal,

cuando Silvio te desenfoque.

Porque se requiere para ser hombre

el tesón que Dios señala

y no hay en usted ni en su nombre,

ni señales de esa hazaña.


Estoy enferma de poesía

y ustedes me contagiaron,

si hoy te apuntan mis alegorías,

es porque ustedes empezaron.

Así que aguantate el ventarrón

maldito Juez de pacotilla,

hoy se te da vuelta la tortilla

y si tengo suerte terminás en prisión.


Y deberías agradecerme

por nombrarte en el título,

porque sinó tu nombre inmundo,

se ahogaría en un estanque.

Hay mi querido juez de tanque

que no ve los tanques del mundo,

cómo un mundano atributo,

para lograr lo que quiera de un saque.


Cómo le explico a un difunto

que el punto de las señales,

no lo muestran los celulares

y en ese asunto yo disfruto.

Si usted no lo ve yo lo disculpo

porque no son su culpa los azares,

que lo tienen persiguiendo triunfos,

que son sustitutos de realidades.


Yo hoy le bajo los pulgares

a todos los jueces que a trabajo,

le dan trabajo a los juglares

y puñales a los contrabajos.

Y ya no tomo atajos

para enseñarte en los penales,

lo que no aprendiste en los fajos,

de grilletes en los penales.


Y si no lo viste lo lamento

no depende de mí enseñarte,

sí hasta acá no lo lograste lo siento,

siento mucho que no veas el contraste;

Por tratar es que no lo lograste

ya te lo había advertido Bukowsky

y si el whisky te tomaste...

Quiere decir que no me entendiste.


LP DD a.k. Francisca Chavez


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