El Postre
Al pan, pan. Y se vino el postre tras tanto esperar,
mientras tanto voy a buscar cambiar el algoritmo
no vaya ser que de tanto vino nos olvidemos de soñar
y se convierta en una pesadilla lo que vivimos.
Si fuera una charla de domingo podría pasar
que de tanto filosofar lleguemos al origen mismo
del ovillo de hilo del que Cortazar comenzo a tirar
cuando vió de casualidad que estaba en el centro del laberinto.
Que el postre sea un poema
y que ya no le temamos a la maldad
que la felicidad se la fiera
que de risa nos viene a matar.
Que ya no se escondan por piedad
aquellos poetas que contradigan la tristeza
o a la esencia misma de la sociedad
que de una u otra manera los castiga con fiereza.
Que la poesía sea la sobremesa en la que se diga
que no esta perdida la conciencia que aún crea en la naturaleza.
Y que la naturaleza del pensamiento para que sea divina
debería bucar con certeza aquello que traiga paz sobre la tierra.
LP DD
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