Abogada del diablo


Me voy a convertir en el abogado del diablo

para defender al que no pudo volver a reír

y voy a ejercer mi defensa en los estrados

más perversos que hayan podido existir.


La opinión pública condena a cadena perpetua

al poeta que guiaba al pueblo a su liberación,

pero son incapaces de ver la contradicción

en el mismo sistema que dictó la sentencia.


Nadie puede afirmar la carencia de dolor

que buscó sepultar para siempre una conciencia,

si hoy la ciencia se opone a la redención

es justamente porque vivimos en la indecencia.


Era callejero por derecho propio no por negligencia

y su impertinencia era la que lo había llevado tan lejos,

nadie nunca jamás llenó un estadio completo

a menos que el pueblo se reconozca en sus letras.


Patricio era el rey de una nueva era

y sus canciones iban en contra de la ley,

esa misma ley que era dictada por las fieras

que niegan a los compañeros desaparecidos ayer.


Por eso no me extraña que lo crucifiquen

tras haber utilizado excepcionalmente la palabra

para decirle al pueblo que no importa quien caiga,

no está muerto quien pelea, ya lo van a ver.


Yo soy testigo ocular del poder de la poesía

y la policía siempre oculta después de asesinar.

Los únicos verdaderos asesinos a sangre fría

son aquellos que a través de los medios logran gobernar.


Asesinan conciencias para que no los contradigan

y a quienes los contradicen los mandan a quemar,

les dá igual si mueren otras trescientas víctimas

porque ellos siempre permanecen en la impunidad.


Parece que estuviéramos en medio de la inquisición

sólo que esta vez a la hoguera la encienden los medios

y el patrón que se repite a lo largo de los milenios

es el mismo que llevó a la cruz al hijo de Dios.


Tal vez por eso quizás a mi voz nadie la escuche

porque la prensa la tiende a relativizar

y si es falso lo que digo ¿Por qué ayer de escruche

se fué TN de la sala antes de que yo empiece a hablar?


Si les interesara la verdad se habrían quedado

para escuchar lo que yo tenía para decir,

pero para mí es obvio que tenían un mandato

y ese mandato era ignorar por qué estoy aquí.


Mejor rueguen para que siga siendo abogada

y no me convierta en la jueza que condene a Satán.

Porque ahí van a ver la cara del diablo sin la máscara

y se van a dar cuenta que es a quien le solían rezar.


El único homicida detrás de todo este espanto

es el billete verde malvado al que suelen alabar,

él es siempre el motivo atrás de cada condenado

que haya cometido el perverso crimen de hablar.


LP DD









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